domingo, 17 de mayo de 2015

Aimée. Historia con final feliz de una paciente africana.

Este domingo desde Milaboratoriosocial compartimos una historia con final feliz.

El pasado verano a través de una amiga conocimos a Aimeé, una chica camerunesa que se encontraba recuperándose de una intervención quirúrgica y adaptándose a su nueva prótesis.

El día que conocimos a Aimeé nos encontrábamos en un ambiente de celebración, ella tenía semblante serio con síntomas de cansancio (probablemente por las dificultades de acceso que había tenido nuestra amiga para encontrar el parque en el que estábamos celebrando  ;-) ) y quizás en ese ambiente festivo no reparamos lo suficiente en ella. De haberlo ello, bien hubiese merecido un aplauso conjunto, un aliento compartido, un brindis de enhorabuena por su esperanza, fuerza, lucha y personalidad!! 
Desde este pequeño espacio, quiero enviárselo porque más vale tarde que nunca.
Gracias Aimée por compartir con nosotras tu historia.

 Aimée en Madrid. Fuente: blog.elpais.com

Por aquel entonces, desconocíamos cual había sido su proceso y todas las dificultades que había atravesado producto de su enfermedad y de la ausencia de un sistema sanitario universal y de calidad, únicamente limitado a personas que pueden costearselo.
El reportaje de Aimée nos acerca también al sufrimiento y la realidad de las personas enfermas en países empobrecidos que en algunos casos son abandonadas a su suerte por suponer una carga económica insostenible para las familias.

Afortunadamente, Aimée gracias a su personalidad y al buen hacer de todas las personas que forman la gran familia de la  Fundación Recover Hospitales para África pudo reponerse de su enfermedad, contarnos su historia y salir adelante.

Os animo a conocerla a través de su historia de superación. En África existen todavía muchas historias como las de Aimée, conocer, difundir y apoyar la labor de la Fundación Recover Hospitales para África ayuda a contribuir a que más personas enfermas tengan un final feliz.






Feliz Domingo!!
Feliz nueva vida Aimée!!

Miriam S.C.


Ver:

Fundación Recover. Hospitales para África.

lunes, 11 de mayo de 2015

II. Eficiencia vs justicia y bienestar. Gestión de sanciones en los “JobCentre” de Gran Bretaña.

A estas alturas ya conocemos los resultados del pasado Jueves en Gran Bretaña. Un segundo mandato con mayoría conservadora con lo que suponemos que no habrá contrabalance ni moderación en sus políticas de austeridad, incrementando las desigualdades entre personas e imponiendo una vez más la eficiencia a la justicia.

A continuación, la segunda y última entrada sobre el caso Británico.



La optimización de los recursos no puede estar por encima de criterios de justicia social y bienestar de las personas.
Antiguos empleados  de Jobcentre (oficina de empleo) en Gran Bretaña, denunciaron que las operaciones de gestión de las prestaciones económicas a las personas desempleadas, estaban guiadas totalmente por la eficiencia, animándoles a interponer sanciones a diario, en cada cita y contacto con el cliente se veía como una oportunidad para tramitar una sanción.

Un empleado John Longden denunció que las plantillas recibían órdenes por parte de los directivos de las oficinas de empleo de confundir e incomodar a los "clientes" de tal manera que cometieran alguna falta y pudieran cortarsele los pagos de la prestación de 4 semanas hasta 4 meses por aparentes incumplimientos de las normas, tales como no acudir a una cita o no traer suficientes demandas de empleo.

Los parados eran tratados de manera inapropiada con el objetivo de llegar a los niveles de eficiencia (sanciones) fijados por la dirección sin tener en cuenta la justicia o el bienestar de las personas.
La denuncia escrita de Longden se refiere a lo que él ha presenciado como empleado en las oficinas de empleo de Salford y Rochdale entre 2011 y 2013 y ha sido presentada a la comisión parlamentaria que está investigando el sistema de sanciones.

La comisión parlamentaria también recibió una denuncia escrita de otro empleado en la que acusa al Jobcenter de hacer bullying a los parados. Dice que recibía órdenes de sus jefes para que impusiera más sanciones y fue amenazado con medidas disciplinarias cuando cuestionó esta política. Ian Wight afirma que los empleados sin escrúpulos escogían a los vulnerables y débiles para imponer sanciones.
El sindicato PCS que ha declarado ante el comité y representa a las plantillas de los Jobcenter dice que al menos dos tercios de los empleados han sufrido presiones para que tramiten sanciones de manera inapropiada. La plantilla era amenazada de que sus puestos serían ocupados por otros si no hacían lo que se les decía. Se creó además, un ambiente laboral insano y falto de profesionalidad. La dirección animaba a una postura de confrontación con los clientes. Las acciones de la dirección pusieron en peligro la seguridad de la plantilla, con discusiones e incidentes que ocurrían a diario. Se tenía que llamar a seguridad frecuentemente así como a la policía.
Longden afirma que la plantilla utilizaba varios trucos para sancionar. Se fijaban objetivos irracionales de búsqueda de empleo como parte de las declaraciones que firman los parados para recibir ayudas, por ejemplo exigir un mínimo de 6 solicitudes de empleo semanales sin tener en cuenta su habilidades o su experiencia. El objetivo era encontrar una oportunidad de sancionar.

En algunas ocasiones los orientadores laborales de manera intencionada convocaban en el registro a parados, pero no les informaban de la cita, asegurándose de esa manera de que serían sancionados al no acudir. Eran obligados a presentar un número irracional de demandas de empleo, o que se referían a empleos para los que claramente no estaban preparados, o eran obligados a firmar a diario en la oficina de empleo, todo esto con la esperanza de que fallaran en alguna de estas tareas o que faltaran a alguna cita o que llegaran tarde a ella.
Lo narrado por los trabajadores, muestra de manera clara un modelo de gestión que fuerza a personas empleadas a realizar acciones ilegales e inaceptables, sancionando al menor incumplimiento (en muchos casos forzado), favoreciendo así aumentar el número de bajas en el sistema y empujando a las personas hacia situaciones de total desprotección y pobreza.

La conclusión principal es que el actual sistema de sanciones en Gran Bretaña hace más difícil la labor de dirigir a los parados de las ayudas públicas hacia el mundo laboral.
El actual sistema de sanciones, absurdo y brutal, se sostiene porque hay un cálculo político de que la población tiene unos niveles de simpatía muy altos al hecho de que desde los Jobcenter arrojen de manera arbitraria a la pobreza a las personas demandantes de ayudas, una simpatía que se deriva del éxito de la retórica del "parado gorrón".

lunes, 4 de mayo de 2015

I. “Sanciona primero, investiga después”. Gestión de prestaciones sociales en los Jobcentre Británicos.

Reproduzco aquí un artículo en el que he colaborado, esta es la primera parte, a lo largo de esta semana incluiré la segunda.  Ha sido publicado en el Blog de Argilan, Plataforma de ESK contra la exclusión social y de la cual formo parte. 
En el último debate de la BBC de preguntas a los distintos líderes que se presentan como candidatos a Primer Ministro, David Cameron, actual primer ministro británico planteo una dicotomía falsa: "Earning vs learning" "trabajar o estudiar" pero no depender desde el inicio de tu carrera profesional de los beneficios del sistema. 
Esto es totalmente falso, ya que muchas personas no disponen de los suficientes recursos para poder estudiar  y al mismo tiempo tampoco pueden incorporarse al mercado laboral. 
El modelo de política de reducción del gasto social al mínimo (muy extendido en la actualidad), impide la posibilidad de desarrollar una cobertura económica y social que permita a las personas "incluirse" en el sistema  o ante circunstancias sobrevenidas no "descolgarse" de él cayendo en la exclusión.
Es en este marco donde se puede interpretar las iniciativas que desde los Jobcentre se llevan a cabo y que podéis leer a continuación.





Os animo a leerlo, porque la situación que describe... Nos resulta familiar.

“Sanciona primero, investiga después” Gestión de sanciones en los “JobCentre” de Gran Bretaña.

Desde Argilan, nos hacemos eco de la polémica surgida en Gran Bretaña en torno al sistema de sanciones a las personas desempleadas registradas en los “JobCentre” y que son perceptoras de prestaciones sociales.
La alarma saltó en Julio del año pasado cuando David Clapson enfermo de diabetes falleció sin dinero, electricidad, ni alimentos en su estómago, tres semanas después de haber sido sancionado y suspendida su prestación.
En respuesta a este hecho, más de 200.000 personas indignadas por su muerte firmaron una petición reclamando una investigación exhaustiva e independiente sobre el régimen de sanciones del Departamento de Trabajo y Pensiones. Consiguiendo su objetivo, una comisión parlamentaria de Gran Bretaña formada por diversos partidos ha pedido la revisión urgente del sistema de sanciones a los perceptores de ayudas ya que es injusta, excesivamente punitiva y no ayuda a la gente a encontrar un trabajo.

Salvando el fatídico suceso de la muerte de David, algunos de los hechos narrados de la situación Británica nos resultan similares a los casos de personas titulares de RGI. Lo verdaderamente alarmante tiene que ver con la política y lógica imperante detrás del modelo de gestión de las prestaciones sociales que se esta desarrollando en el caso Británico o tratando de implementar, con algunas similitudes, en nuestra opinión, con la gestión de la RGI por parte de Lanbide.



La situación en Gran Bretaña es la siguiente: en Octubre de 2012 entró en vigor un nuevo sistema de sanciones a personas desempleadas perceptoras de ayudas del gobierno.
Un sistema que funciona con el lema "sanciona primero, investiga después" y que causa dolor, hambre y que hace más difícil para la persona desempleada  poder encontrar un trabajo.
El actual régimen de ayudas condicionadas es burocrático, caprichoso y brutal; impacta de manera desproporcionada en la gente vulnerable, particularmente en las personas discapacitadas, dejándolas frecuentemente desamparadas, en la pobreza y dependiendo del banco de alimentos para comer.
Sancionar no ayuda a encontrar trabajo y el modelo británico se ha centrado en la tarea de imposición de sanciones, primando una vez más el ahorro por encima de las personas.
¿Nos suena?
Las sanciones se imponen de manera inapropiada, causan privación, miseria y problemas de salud y fuerzan a los demandantes de empleo a recurrir a los bancos de alimentos para sobrevivir. La investigación parlamentaria refleja que las sanciones son frecuentemente por incumplimientos triviales, los parados no entienden porqué han sido sancionados, y tienen que arreglárselas para salir adelante sin ingresos.
Los parados más vulnerables y que corren más riesgo de ser sancionados son especialmente aquellos con enfermedades mentales o dificultades de aprendizaje.
En el último año se han impuesto alrededor de un millón de sanciones. En 2013, 871.000 personas han sido sancionadas con la perdida total o parcial de sus ingresos por un mínimo de cuatro semanas.
Por otra parte, existen unos pagos de subsistencia pero solo una minoría es informada de ello, forzando a muchos a sobrevivir con cero ingresos. Los bancos de alimentos se han visto desbordados desde que se aprobó el nuevo reglamento de sanciones en 2012, un 83% de ellos han visto aumentar el número de personas que acuden.
La hacienda Británica es la única que parece beneficiarse del sistema de sanciones, se han recuperado 275 millones de libras en 2012, frente a 50 millones en 2010.



¿Te ha resultado interesante este artículo? ¿Conocías el caso de David Clapson? ¿Crees que pueden llegar a ser efectivas las recogidas de firmas aquí en España?
Puedes participar dejando un comentario sobre estas u otras preguntas que te hayan surgido a raíz de este artículo.

Un saludo.
Miriam S.C.